Psicólogo de Adolescentes en Madrid

Generalmente, se tiende a pensar que la depresión es un problema de los adultos. Sin embargo, las estadísticas aportadas por el Ministerio de Sanidad demuestran índices alarmantes de depresión en niños y adolescentes. Por ello, es importante poner atención en los síntomas de depresión que reflejan los adolescentes. Como puede ser la pérdida de interés por realizar actividades sociales, aislamiento, tristeza, insomnio, exceso de sueño, pensamientos relacionados con la muerte, etc. 

Muchos de los problemas que ocasionan ansiedad están relacionados con la baja autoestima. El aspecto físico, la timidez o la dificultad para las relaciones sociales pueden ser algunos de los problemas más significativos que desembocan en ansiedad. Dentro de los trastornos de ansiedad, cobra especial importancia los trastornos fóbicos, la fobia social, las obsesiones y la ansiedad por separación.  

La adolescencia es una época de cambios bruscos, esto provoca que los adolescentes estén en continua observación y comparación con otros individuos. Los problemas de baja autoestima pueden aparecer en los años más complicados, sobre todo, tienen vinculación con el aspecto físico. Además, pueden influir los problemas de relaciones personales, sexuales o el miedo al rechazo. La baja autoestima también puede afectar al rendimiento académico. El adolescente dedica excesivo tiempo a perturbar su mente con pensamientos intrusivos y deja de lado las obligaciones escolares. 

La adolescencia es una etapa muy vulnerable para las adicciones. El alcohol, las drogas, el sexo o la ludopatía pueden acabar afectando a la salud mental de los más jóvenes. Además, actualmente, se debe poner el foco en la adicción a las nuevas tecnologías. Son muchos los adolescentes que pasan horas del día conectados a diversos dispositivos electrónicos, por esta razón, pueden acabar desarrollando una patología grave.

La adolescencia y los cambios hormonales, pueden acabar trastornando las relaciones con la sexualidad. La homosexualidad o los sentimientos de no pertenecer al género asignado pueden acabar planteando dificultades cotidianas en el adolescente.

Los trastornos alimentarios en la adolescencia son muy frecuentes. La anorexia y la bulimia se multiplican cada vez más, sobre todo, en las chicas. La presión de las redes sociales, la publicidad y los cánones de belleza establecidos socialmente, pueden acabar afectando a la salud mental de los adolescentes, ya que no cuentan con la autoestima suficiente. 

La adolescencia es un período complejo para los individuos más tímidos, motivados por diversas inseguridades, algunos son incapaces de desarrollar relaciones interpersonales. En los casos más graves pueden acabar desembocando en una fobia social. En otras ocasiones, simplemente se traduce en soledad y aislamiento. 

Con la llegada de las redes sociales, cada día es más común que aparezcan conductas autodestructivas entre los adolescentes, es decir, autolesiones.

La rebeldía ante la autoridad, sobre todo, los padres y profesores, es algo muy  frecuente en esta edad. Los adolescentes no comprenden los límites y buscan por todos los medios la independencia. Asimismo, unos padres posesivos o intransigentes, junto a un hijo demasiado rebelde, pueden ocasionar graves problemas y dificultades familiares. 

El bullying está presente diariamente en los medios de comunicación. Las conductas violentas verbales y físicas en los centros educativos se propagan por todo el territorio, convirtiéndose en una plaga. Por esta razón, es conveniente detectar los comportamientos problemáticos del agresor a tiempo, de este modo, evitar los trastornos psicológicos posteriores del agredido.

Son muchos los aspectos que pueden provocar el fracaso escolar. En la mayoría de casos, suelen estar relacionados con un trastorno por déficit de atención que no ha sido detectado en etapas más tempranas de la educación. Sin embargo, el fracaso también se puede producir por la falta de confianza, el miedo a los exámenes o las expectativas familiares. 

La transición de la niñez a la adolescencia puede resultar todo un reto para las familias. La propia evolución del niño puede hacer que trate de romper las normas establecidas en el entorno familiar. De esta manera, se pueden desarrollar conflictos intrafamiliares, peleas, pasividad, agresividad, etc. 

En general, la gestión emocional en esta etapa es muy complicada. Los cambios de humor, las hormonas y la necesidad de liberación puede ocasionar dificultades de convivencia, altibajos emocionales, e incluso trastornos. Por ello, contar con un apoyo terapéutico puede ser crucial para el correcto progreso emocional del niño.